El brasileño milenario nacido en 1907 en una familia católica religiosa considera que en la arquitectura lo importante es invención, la forma nueva, diferente que crea sorpresa.
Está claro que no es el ángulo recto lo que lo atrae ni la línea recta, dura e inflexible sino la curva libre y sensual. "La curva que se encuentra en el curso sinuoso de nuestros ríos, en las nubes del cielo, en el cuerpo de la mujer preferida." aclara Oscar.
“Cuando me piden diseñar un edificio público, procuro que sean bonitos, diferentes, que sorprenda porque sé que los más pobres no van a disfrutar de nada pero pueden detenerse, tener un momento de placer, de sorpresa, ver algo nuevo. Es en ese aspecto en que la arquitectura puede ser sutil, pero después cuando tenga un programa social, humanitario, ahí cumplirá su propósito. Pero ahora solo utiliza la arquitectura aquel que tiene dinero, los demás la pasan mal en las favelas.“
“Mi arquitectura no es la solución de la arquitectura, es mi arquitectura. Como en la pintura estamos de acuerdo que no hay pintura moderna y antigua, hay pintura buena y mala. En la arquitectura es la misma cosa. La idea es que cada uno encuentre su camino y haga lo que le guste”.
Podríamos decir que Oscar Niemeyer es el último arquitecto del movimiento moderno quien también trabajo a la par con Le Corbusier (ganándole el concurso para el edificio de la ONU en EE UU y luego trabajando en conjunto).
Junto con Lucio Costa crearon, en 1956, la primera ciudad latinoamericana moderna, Brasilia. Lucio Costa como urbanista y Niemyer como principal arquitecto diseñando los edificios públicos.
Actualmente esta construyendo su primer obra en Argentina, Rosario El Puerto de la Música.
Su maravillosa arquitectura con cientas de obras construidas y ganador del premio Pritzker en 1988, no deja de asombrar.
Por muchos años mas de vida para que este joven arquitecto nos siga sorprendiendo.
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